Jose Joya. Competencia directiva clave; la felicacia. Director General ROADMAP

Hace unas semanas, en uno de mis encuentros periódicos con un buen amigo, directivo de empresa, discutíamos sobre las competencias directivas, y repasando unos post del blog de Juan Carlos Cubeiro, recordamos como España ocupa el puesto 59 en calidad directiva, y un dato que resulta inquietante: un 40% de los directivos y directivas son tóxicos.

Es una paradoja, pues desde mi trabajo como consultor y formador durante estos últimos 20 años, he observado como las empresas han empleado cientos de miles de euros en impartir formacion a sus equipos directivos, siempre la misma, y siempre con el mismo escaso resultado: los problemas persisten, las actitudes permanecen, las competencias no mejoran. ¿Qué está ocurriendo pues?

Se trabaja con una serie de competencias tradicionales, como el Liderazgo, la Gestión de Recursos, la Orientación al Clientes, o el trabajo en equipo entre otras. Una suerte de conjunto de competencias “estándar” que cualquier directivo o directiva debe poseer, una especie de “mantra inmutable” que no ha cambiado en décadas.

Sin descartar estas competencias, el escenario que se plantea para las organizaciones en los próximos años, los nuevos retos que tendrán que abordar y los nuevos cambios que se deben generar en el sector empresarial, requieren de nuevas competencias directivas, y la mayoría de ellas estarán enfocadas hacia la capacidad de atraer, desarrollar, potenciar, y fidelizar el talento de las organizaciones.

Y fue Jane Murphy, la Responsable de Talento Temprano de Google, en su intervención en el EuroForum Eyes en Bruselas, la que terminó de convencerme de que “en un mundo donde precisamente lo único que no cambia es el cambio” se necesitan personas que sepan manejarse en la incertidumbre y la ambigüedad, con capacidad de influir y de hacerlo con pasión, y eso nos obliga a definir nuevas competencias, las competencias de los directivos y directivas del siglo XXI, como las siguientes:

  • Competencia Optimismo: la capacidad de crear escenarios positivos y avanzar hacia ellos, el discurso narrativo y la reevaluación positiva, entre otras características
  • Competencia Ética: la capacidad de definir, promover e integrar los principios éticos y el enfoque multistakeholder en la toma de decisiones, y en la identificación y gestión de los riesgos no financieros como base de la obtención de resultados
  • Competencia Cambio e Incertidumbre: capacidad de prever escenarios y situaciones ambiguas, de ser ágiles en la toma de decisiones y flexibles en la gestión de los cambios
  • Competencia Visión Estratégica: capacidad de desarrollar una Visión y transformarla en acción, de alinear objetivos y comportamientos y de integrar el pensamiento a largo plazo

Y quisiera destacar una competencia directiva clave, y que ha sido definida por Juan Carlos Maestro como la “Felicacia”: la capacidad que tiene un directivo o directiva en conseguir el equilibrio entre la satisfacción física y espiritual (tal y como define la RAE a la Felicidad), de las personas que trabajan en la organización, y que persigue y redunda en la capacidad de generar resultados, de ser eficaces.

 

Comparte este contenido